El negro continúa desempeñando un papel fundamental en el arte. En la Prehistoria se empleaban negros que podían encontrarse fácilmente libres en la naturaleza, como carbón, hollines o pirolusita (dióxido de manganeso). En la actualidad contamos con una suculenta cantidad de pigmentos negros, desde los que no son propiamente negros, sino mezcla de colorantes azul oscuro con lacas rojas, hasta pigmentos sintéticos como el negro de anilina, fabricado por primera vez en el siglo XIX. Los negros más utilizados en arte siguen siendo los basados en el carbono, tanto artificiales como naturales. Encontramos los diferentes «negros de humo», formados por el hollín de la combustión de madera de pino, de petróleo o de gas. El más conocido por los artistas, además del «negro carbón», es el «negro marfil», formado a partir de la destilación seca de huesos desengrasados. El alto contenido en fosfato de calcio dota a este negro de un matiz gris-azulado característico.
Recientemente hemos conseguido desarrollar el negro más negro de la historia.
Después del Renacimiento los grandes momentos revolucionarios fueron fundados en la introducción del negro, cada vez de manera distinta, lo que se puede ver en las obras de Caravaggio, Rembrandt, Goya y Manet. Con el Impresionismo el negro dejó de formar parte de la paleta porque «En la naturaleza no hay negro, sino sombras violetas». Incluso lo que podría tenerse por lo más negro de los cuadros impresionistas de Monet es efecto de mezclas entre los nuevos colores artificiales y brillantes de entonces, como el azul cobalto, azul cerúleo, ultramar sintético, verde esmeralda, verde viridiana, amarillo de cromo, rojo bermellón y una laca de carmín basada en tinte sintético.

Cuadrado negro sobre fondo blanco. Kasimir Malevich, 1913.
Óleo sobre tela (106,2 x 106,5 cm)
El abandono de la pintura figurativa de las Vanguardias fijó su foco en las formas y, sobre todo, en el color. El blanco y el negro en el mundo del arte son los llamados no-colores, los que representan la luz y el abismo. Así el Cuadrado negro sobre fondo blanco (1913) de Malevich, la antesala de la obra cumbre del Suprematismo, Blanco sobre blanco, supuso un parteaguas en el arte, abriendo la puerta a un modo de expresión artística que a día de hoy continuamos explorando: el monocromo negro.
Si echamos la vista todavía más hacia atrás, nos encontramos con otros «protocuadrados negros». En la Alemania del siglo XVII, tenemos un posible precedente en La historia metafísica, física y técnica de los dos mundos, a saber, el mayor y el menor, escrito por Robert Fludd en 1617. En este tratado hay ya un cuadrado negro donde el autor coloca en cada uno de sus bordes la leyenda et sic in infinitum (y así hasta el infinito), en lo que parece ser un esquema de lo que sería la nada.
Curiosamente este cuadrado, como el de Malevich, están ligeramente realzados en su parte derecha. Otra casualidad la encontramos en la página negra del primer capítulo de la novela de Laurence Sterne, The life and opinions of Tristan Shandy, gentleman (1759-67).
Estas manifestaciones artísticas influyeron profundamente en las tendencias modernas hasta llegar a artistas contemporáneos particularmente preocupados por el negro como Ad Reinhardt, Mark Rothko, Magdalena Abakanowicz, Milton Resnick, Richard Serra, Jorge Oteiza, Katie Paterson, Robert Rauschenberg, Antonio Saura, Clyfford Still, Pierre Soulages, Ángela de la Cruz o Raimund Girke, entre otros. Llevándoles a experimentar con nuevos materiales y técnicas.

Yaba. Jason Marti, 2011
Pigmento puro de aluminio (espinela negra).
42 x 32 cm
Como el mineral espinela (MgAl2O4) utilizado como pigmento por Jason Marti en uno de los monocromos más estéticos que he podido contemplar en la última feria de ARCO Madrid.

Ad Reinhardt, 1963
El negro más negro que existe en la actualidad ha sido desarrollado por la firma británica Surrey Nanosystems, en principio para usos técnicos y militares, como pintura para el fuselaje en aviones espías y en equipos astronómicos. Esta sustancia llamada Vantablack absorbe el 99,965% de la luz visible, incluso absorbe partes del espectro invisibles a nuestros ojos. Su nombre proviene del acrónimo inglés Vertically Aligned NanoTube Arrays, cuya traducción literal sería: conjunto de nanotubos verticalmente alineados.
El Vantablack químicamente consiste en una especie de bosque de nanotubos de carbono. Los nanotubos de carbono son una forma alotrópica del carbono, es decir, están formados exclusivamente por átomos de carbono unidos entre sí, como el grafito o el diamante. La estructura de los nanotubos es tubular, como si aislásemos una lámina de grafito de grosor atómico y la enrollásemos sobre sí misma.
Cada uno de los nanotubos que forman el Vantablack es 10.000 veces más fino que un cabello humano. Para formar este bosque de nanotubos se cultivan sobre una lámina de papel aluminio tan apretadamente juntos que aunque los fotones pueden pasar a través de ellos no tienen forma de escapar, no se producen reflejos, sino que se quedan encerrados, perdidos en ese bosque, de ahí ese negro tan intenso. Los que los han visto lo describen como algo tan oscuro que parece que no hay nada, como un agujero, porque no puedes enfocar, no se aprecia ninguna textura.

Imagen por microscopio electrónico de barrido de VANTA cultivado sobre sustrato de aluminio tras haber sido sometido a tests de calidad.
El artista contemporáneo Anish Kapoor lo describió así: «Es como una pintura pero es tan negra que casi no puedes verla. Tiene un tipo de cualidad casi irreal». Este artista lleva experimentando con las posibilidades plásticas de este material desde 2014, pero recientemente Kapoor Studios UK ha adquirido la patente para uso artístico, con lo cual ningún otro artista podrá utilizar el Vantablack para sus obras. La restricción de esta patente es que Kapoor sólo puede utilizar este material con fines artísticos, el resto de posibles usos, como tecnológicos o de diseño, siguen siendo propiedad de Surrey Nanosystems.

Anish Kapoor en 2009 en la Royal Academy con su obra El gran árbol y el ojo.
El Vantablack no es en sí mismo una pintura -una pintura está formada como mínimo de pigmento y aglutinante- sino que se trata de un nuevo material, y por tanto su uso en arte está en fase experimental.
Esta historia guarda cierta similitud con la pintura patentada más famosa de la historia: el azul Klein. Una de las diferencias es que el azul Klein surgió de una demanda del artista Yves Klein presentada ante un laboratorio, y el Vantablack, en cambio, surgió como un material práctico desarrollado por un laboratorio que, sin pretenderlo, respondía a una de las demandas más clamorosas y todavía irresolutas del arte: el negro absoluto.

Oracle. Anish Kapoor, 1990-2002
Roca arenisca (3,5t) y pigmento
Anish Kapoor, uno de los artistas más importantes de nuestro tiempo, alguien a quien admiro profundamente a través de su obra, ha adquirido la posibilidad única de crear arte con el material más negro que conocemos. Pero con esta posibilidad también ha adquirido la enorme responsabilidad de crear algo importante y valioso para el arte, algo tan revolucionario como en su día lo fue el cuadrado negro. Tiene la oportunidad y el talento como para escribir el punto y final, o quizá otro imponente punto y seguido.
De nuevo la ciencia se nos revela como la herramienta del arte, la que escribe los límites del imaginario del artista, la que a veces sin pretenderlo, le da la mano al arte y lo acompaña en su deriva.
Ilustración de portada realizada por Tamara Feijoo ex profeso para este artículo.
Fuentes:
Vantablack: lo más parecido a contemplar un agujero negro cara a cara. Miguel Artime para Cuaderno de Ciencias, 2014
Black on Black. Eugene Thacker. The Public Domain Review, 2015
Malevich. Ed. Könemann, 2000
Arte del siglo XX. Vol.I Pintura. Karl Ruhrberg. Ed. Taschen, 2005
Only one artist can use blackest material in the world but science has no limit. Mary Beth Griggs, 2016
Anish Kapoor compra el negro más negro del mundo. Miguel Ángel García Vega, 2016
El negro de los impresionistas. Vicente Verdú. Cultura de El País, 2014
Los materiales de pintura y su empleo en el arte. Max Doerner. Ed Reverte, 1998
Vantablack, the new black? Andrew Maynard. 2020 Science, 2014
Kasimir Malevich : “El cuadrado negro”. Desde Petrogrado, en la exposición “0.10” allá en 1915 a Madrid en “El Hermitage en el Prado”, 2012. Revista Imprescindible, 2012.
Imágenes de Alex Davis, ARCO Madrid 2016, Museum of Contemporary Art Australia, Tate.org, Surrey Nanosistems, Theocharus et al. (2014) Optics Express.